martes, 4 de octubre de 2011

Debajo de la sombra del tiempo

Somos marionetas del destino,
la suerte se burla de nuestros pasos
y los días no pasan como antes…

jueves, 1 de septiembre de 2011

Un sin fín

No explotaré hasta el día que llueva dinamita. Dinamito eso a lo que ellos llaman suerte. Aparece, el destino ya ha escrito mi final. Finalizar en el olvido. Olvidar y quedar olvidado.

Me quedaré aquí regalando mis pensamientos, escritos en el aire para que nadie sea mi lector. Para qué la existencia de la subjetividad si al final Exigencia se nos presenta y nos exige perfección, nos da a escoger entre una y la misma opción. Mi público no es objetivo. Objetivo público el de derrotarme en mi papel, no con mi pluma, no con mis palabras aunque esté en la prórroga.

Conocer a un pez para poder ser su anzuelo, remontar el vuelo y dejar de andar lento, eres tú la pausa que busco en este momento, la que me desconcierte en un concierto de lo falso y lo cierto. Mis anhelos no son pasajeros, no viajeros del tiempo. Pienso como Nadie, pero Nadie es mi profesor, el que me enseña que debo aprender y batallar de cada error. Un dulce no amarga, pero prefiero pensar que la amargura de la lucha caballeresca endulce la delicada victoria. Juego con las palabras como si fuera un juego, igual que ellas juegan conmigo dejándome sin ego. Sino que hacemos aquí...

sábado, 19 de marzo de 2011

"Disculpen las molestias"

Inspiración nula. No hay palabras que regalar, no hay nada que tocar para convertir en razón. Nos quejamos de las quejas del que se queja y todo es miseria y despreocupación. Y Japón? Hay almas que siempre se salvan, otras en cambio se retratan comentario tras comentario, tras esos ojos que por inspirar, no inspiran nada. Despreocupación una opción. Caos sin cálculo. Las crisis llega hasta mis palabras, caras y sin experiencia. Y si la inspiración queda muerta solo nos quedan las noches sin dormir, los prólogos sin final. Existe una cierta envidia sana, mala compañía, mala sintonía para un solo de guitarra. No vuelan las notas que quiero, las que toco se visten de clásicas en esta modernidad que nos enseña la vieja música. Envidio esa gente sin ceros a la izquierda, esos que ven la realidad fácil, lo real, que ciegan a la mentira.

Cuentan por ahí que sigue el desorden. Que los relojes se han quedado sin sus amigas las pilas. Que el tiempo no se va a parar para ponerse gafas, si estamos ciegos, lo estamos y punto. Que nos ahogamos con nuestro propio aire. Se nos van hasta las palabras, hasta letras baratas. Si lo nuestro son hojas en blanco, mejor no mancharlas con tinta negra y gris.

Enfoques hacia un futuro incierto, posibilidades nulas en un campo que ni conocemos, en un tiempo de agujas muertas. Mudez en un silencio. Duda problemática delante de un amor, amor a no ser abatido, a no ser un marginado interrogante. Egoísmo envuelto entre pistolas, entre mar y olas dominando una población sin guía ni rumbo fijo. Nos disfrazamos cada miserable día y no es carnaval, vamos de duros y todo acaba en esos muros. Toca mi nota, mi nota de sensibilidad y serás merecedora y protagonista de mis aplausos, de mi reverencia y de mi ciega fidelidad. Impredecibles movimientos, carismas que colman el vaso que te tomaste ayer, ese que no le quita la sed a tu ego, egoísmo.


Todo acaba y nadie escribe su final.

Improvisación vagabunda y muerta

No sé como empezar. Quizás debería empezar con un primer sorbo de esta cerveza. Lo mío no es culpa, es conciencia eterna. Me limito a rugir en silencio y a hablar entre voces anónimas a mi parecer. Soy el típico empático de cualquier necedad.

martes, 11 de enero de 2011

La tranquilidad más solitaria del mundo.

miércoles, 13 de octubre de 2010

ERROR 305

La página no ha sido encontrada. La palabra ha sido perdida, volada. Impotencia calculada. Rivales nuevos. Conocedor de las palabras dormidas que dominan el aire que nos eleva el humo. En un aleteo de rabia, supe, sé y sabré que el sujeto de nuestros errores es personal, son los pasos que nos siguen. La sangre sigue siendo la protagonista de mis heridas, malditas ellas. Juego aún con sillas de tres patas, el respaldo es mi fe, toda ciega ella, pobre…
Va, ya está, dejémonos de cuentos baratos, de novelas llenas de suspense escrito en puntos. Dejémonos de libros abiertos siendo sueños. Todas estas escaleras no nos llevan a nada, a zeros al lado de más zeros. Ninguna estrella conserva los manuscritos que busco desde que soy el octavo desconocido intentando tantear lo desconocido. Acecho errores que mis manos rojas rechazan.
Superman no existe y este juego parece estar acabando…

miércoles, 18 de agosto de 2010


No te bebas la suerte, te vas a emborrachar.

lunes, 2 de agosto de 2010




Todo empieza con críticas abiertas. Seguimos el rastro continuo que ya antes alguien ha dejado. No sabemos nada, poco de nuestro antecesor. Somos como puntos suspensivos en una frase sin sentido, todo el mundo nos ve y pocos nos entienden, nos llaman locos y dicen que todos somos iguales. No encuentro ningún sentido que encaje en esta real filosofía rechazada. Nos fiamos de la sociedad como si nuestros ojos fueran obstruidos por manos desconocidas. Y la luz de mi cuarto sigue parpadeando sin ayuda. Opuestos unos de otros creemos ser quien no somos. Queremos ser quien no debemos. Enmascarados andamos tan tranquilamente, nos arropa nuestra música, sí, pero poco se ve lo que se debería oír. Tenemos todas las respuestas preparadas para salir. Pocas preguntas inteligentes a las que dejar volar sin peligro presente. Poca gente sabe los “porqués” de estas criaturas que vuelan por encima nuestro sin hacer ruido, pasando desapercibidas y transparentemente visibles. Es la nueva especie en extinción: las preguntas inteligentes. La ironía un día me dará la razón delante de toda esta sociedad que cada vez muerde el palo y el anzuelo de todas las trampas. Esta voz escrita en que me convierto durante unas breves pausas de mi realidad no cuenta o narra críticas, simplemente regala una opinión subjetiva. Somos consumidores compulsivos, aunque la crisis nos tienda el brazo para echar un pulso.
Volamos para creernos alguien, no para serlo.

viernes, 2 de julio de 2010

Historia, arte y algo de tinta tonta

-Dame boli y papel que moveré el mundo sin necesidad de golpes. La tinta es mi arte y las palabras mi necesidad, mis delirios son una pequeña parte de tu cordura. Con mis manos yo escribo lo que tú jamás te atreviste a dibujar con la mirada. Por eso pido papel, dime la posible cura de mi soledad, lo peor de la humanidad, que la cogeré al vuelo y voy a dibujarla con la mirada para que tú la escribas y no tendré miedo de alzar el vuelo y contarle al mundo que estoy dispuesta a hacer y a deshacer hasta que de una vez por todas tu oídos puedan escucharme.
-¿Mis oídos? el mundo entero debería escucharte. Álzate, vuela, cuéntale a las nubes tus sueños, que por ser tú te los van a conceder.
-Con solo una de tus alas, hasta el más necio podría volar alto. Hasta el más triste sabría sonreír, y hasta una guitarra sin cuerdas sonaría bién. La magnificencia y la grandeza se mide por pequeños instantes y actos. Guarda tu querido tedio, te hará crear cosas maravillosas. Haz sonar una nota, escribe una palabra, dibuja un cielo, una sonrisa, una mirada en la mayor oscuridad jamás creada, allí estarás tu y tus manos para hacer de algo arte, de cualquier palabra viento o mar, para que el viento lo ame sin cesar.
-¿Sabes? Tan sólo con éstas cuatro palabras, y un par de sonrisas podríamos cambiar el mundo, podríamos hacer historia...y una vez siendo ya antepasados, siendo observados y estudiados. Nuestras palabras entre cojines, protegidos en los mejores museos... pero ahora toca escribir y dibujar arte.
-¿Tu vas a rendirte? Porque creo que podemos ser capaces de tocar el cielo sin necesidad de escaleras...sin necesidad de nubes...sin necesidad de nada.
-¿No podemos ser palabras?
-No hay suficientes para describirte
-No hay que buscar, cada uno tiene su palabra y su viento. Tú tienes unas, yo otras de otro color. Pero me tendrás que ayudar, ningun mar, ningun sol, ninguna noche, ninguna copa, ningun humo de ningun cigarro, ninguna lámpara, nada, nada me ha dado ninguna palabra que sea de tu talla, todas se te quedan cortas... dime si siendo nada ¿no podemos escribirlo todo? Escribiendo, solo con palabras, puedes ser lo que tu quieras. Puedes contar mil historias, puedes hablar de blanco cuando es un mensaje subliminal gris. Puedes... tienes la capacidad de hacer bello el mas horrible sentimiento. Haces florecer flores en cualquier cuadro gris, sin miedo de nada, sin miedo de nadie, con el ñunico pretexto de poder hacer sentir. De que alguien por un momento sea un pequeño pedazo de tí.
-Cierro ya la ventana a los sueños, las noches, el arte y las bellas palabras. Cierro los miedos, los cuadros, las novelas y los puntos. Cierro la nada dentro de todo. Es un honor escribir historia, es un honor lanzar palabras al viento des del mar, más honor es saber que tus sabias palabras preceden mis puntos y finales... No te asustes, habrá más finales. Acabo. Termino. Cierro. Aquí dejo mi papel del principio lleno de garabotes, palabras y colores. Aquí dejo mi boli gastado, sin tinta, sin arte ni necesidad, sin uso ni disfraz. Aqui dejo la noche, y mi despertad. Que tus sueños vuelen con la noche...





Ane Santiago Quintas y Jordi Pla Gené

miércoles, 9 de junio de 2010

He estado robándole segundos a la vida...

Cómo el loco que actuó con razón para darle un toque de locura. Escribiste tú la primera parte. ¿Dónde encontraste esas palabras? He estado noches perdiendo la mirada en la luz de lámpara y nada… El problema es que la rapidez se apodera de todo personaje. El problema es que valoramos los segundos de sesenta en sesenta. Es triste decir que todo castillo de arena tiene su princesa. Más tarde o más temprano, todo queda enterrado o aniquilado. Más tarde los segundos son valorados con tan reproche que huyen. Ese afán que nos persigue a todos, los segundos dejan muertos esos desvelos por temor a ser mal usados. Por eso robo. No sé escribir esas palabras que no se van a leer. No sé coger la inspiración al vuelo si sigo volando a ras de suelo. Sigo siendo bandido de mi calle, robando segundos, minutos y todo anhelo que pueda usurpar de cualquier garra.
Segundos que equivalen a arte y oro. ¿Quién no desearía escribir arte, formar parte de ella? Y todos los que se han quedado por el camino… Y todos los que se ahogaron en ese mar que nadie ve. Es como la sensación que pierdes palabras, segundos que mueren… Como no pudieras reciclar nada, perdiendo todo, hasta el aire… Por eso he robado. Por eso pido disculpas, perdona por haber sido ladrón de tus segundos…

martes, 4 de mayo de 2010


Todas las sombras que no me hacían dejar ser por un momento un hecho constante. Todas las palabras que me definían en cada instante. Porque todo es tiempo si cada aguja que miras convence la inocencia de la anterior. Hacemos bailar nuestras ideas como si fueran muñecos. Pocas virtudes siguen vivas. Todas esas palabras que no se esfuman, te las voy a dar envueltas en papel para que te las fumes. Mas no quiero abrir la ventana por temor. Algún día dejaré ir la monotonía. Cansancio de la posible realidad, digo posible por el porcentaje de sueños que hago que nazcan en cada calle, cada cruce. Mi vida es mía como dueño que es el tiempo de todas mis palabras ensombrecidas que vagan por mi cabeza. Y si yo dije que tu decías que yo decía que la monotonía no sería problema para mi, que mis sombras quedarían deslumbradas y que mis palabras serien enterradas, mentí.
Y sí, voy perdiendo palabras…

lunes, 19 de abril de 2010

Paraules d'ahir

Paraules a l’aire del passat, belles, senzilles.
Recordo crits al mar que ni el vent s’escoltava.
Parlava per parlar,
com aquell silenci que frisava per donar paraula.

Parlo ja d’ahir,
com si fossin històries rovellades.
Records tocats i mig païts.
Vaixells de paper atrapats en atzucacs.

Encara amb els peus a terra,
encara amb les petjades fredes.
Parlo de tu, ahir.
Com quan aquella darrera ona besava lentament la sorra.

Parlo escollint paraules,
buscant-les entre pètals, en cada rosa.
Parlo de mars en l’oblit,
oblidant carències perdudes i enfonsades.

Jo parlo per no cridar.
Parlo parlant com si fos ahir,
deixant paraules mig morir,
mig mortes en silenci.

sábado, 6 de marzo de 2010

Una mesa de bar. Cuatro sillas y cuatro risas. Noches con cuatro birras. Miradas nocturnas. Carcajadas nocturnas de hazañas del día. Cuatro borrachos amigos y compañeros que ni el sueño les tira. El sol de la noche calienta sus botellas. Y pasan de ronda como la risa pasa en ellos.
Signaria la meva desolació,
signaria per donar-te hores i hores de la meva vida.
Més val la teva,
més val que la meva en pena.

Aquelles fotografies,
on ni a tu ni a mi ens fan gràcia.
Són vents que recorden i em deterioren,
signatures que deixen desgràcia.

Sé que deixar el passat enrere
no fa llàgrimes ni vents.
Però recordo les primaveres
colze amb colze amb el teu perfum.

I jo per tu,
signaria la meva desolació.

jueves, 4 de febrero de 2010


Dejaré escrita nuestra historia sobre papel arrugado. Escribiré palabras lanzadas al viento. Pienso sellar mis labios hasta que el viento me devuelva las palabras heridas. Simple y a duras penas. Pienso correr riesgos al no pensar en ti. Quiero no ser el fantasma que vaga por la casa de los recuerdos. Pensaré en metáforas, no en historias de amor. Me contradigo. Desearé no haber sido ni un parche mal cosido en unos pantalones rotos. Ni un valle en unas montañas. Soy la sencillez en un mar de complicaciones. Desearé que las sonrisas lloren de alegría, pocas palabras dirigidas a un llanto. Nada de días nublados.
Espero que no se me recuerde por tener corazón de hielo. Espero no tener las manos frías a la hora de escribir.

martes, 2 de febrero de 2010

Buenas noches

Me tumbé en mi cama en este frío y lluvioso invierno. Empecé a recordar tiempos pasados, historias perdidas, barcos de papel tocados y hundidos. Vi lo que dejé escapar. Vi lo que gané. Vi barcos de papel sin nada y en la nada, vi aviones de papel sobrevolando un cielo donde la immensidad le había ganado el pulso al miedo. Fuí mirando atrás, pasé al presente. Vi lo que hice hoy. Vi que el barbero se había pasado dos dedos al cortame el pelo. Pensé en el futuro, en el mañana. En lo que haría, en sueños que quería hacer, en proyectos sobre servilletas. Y me dormí.
¿Qué casualidad no? Soñar con sueños, no con recuerdos.

viernes, 29 de enero de 2010


Papá, ¿por qué nunca olvidamos el ayer?
Realmente, el ayer nos consta como recuerdo, pasado y experiencias vividas. Realmente las curiosidades que nos envuelven en duda y nos corroen el cuerpo sea amanecer o atardecer, viven en el ayer. Porque aprendemos a contar agujas en un pajar. Aprendemos a no verlas, a no buscarlas. A dejarlas tiradas y a escondidas. Dejamos fluir el ayer cómo recuerdos de agua. Apretamos los dientes pensando en la fecha que tenemos marcada en el calendario antiguo, donde polvo vence a brillo y novedad.
Porque el ayer forma parte de nosotros. Porque nuestros pasos, nuestras hazañas dejan huella. Sabemos que lo imprevisible puede resultar hasta arriesgado, pero sabemos que lo arriesgado se recuerda.
Más vale recuerdo en mente, que cien sueños malogrados volando por ahí.
Pero papá, ¿Qué pasará ahora?

lunes, 4 de enero de 2010


Coge tus aspiraciones y guárdalas en el bolsillo, aquí no sirven. Quizás ese bolsillo ya está lleno, lleno de realidades, entonces prueba en el otro bolsillo. Prueba con ver el recorrido de la lluvia. Tampoco servirá de nada coger todas esas fotografías viejas y echarlas al aire. Ni quemarlas a fuego lento, como si los recuerdos también se transformaran en humo lentamente mientras tu mirada fija en el fuego también se pierde. No hay personaje de ninguna novela que viva lo mismo. No hay fuego que queme igual que el anterior, ni que el de ayer. Puede que tus aspiraciones se basen en fotos antiguas guardadas en cajones aún más antiguos, hechos de madera porosa y anciana. Puede ser que esas aspiraciones de papel fotográfico ardan en llamas en tus bolsillos. Prepárate para todo.

domingo, 27 de diciembre de 2009

Una etapa negra. Un partido duro de jugar. El pitido que daba finalizado esta dura batalla. Un 18 de diciembre. Un aire que difícilmente entraba dentro de mi para poder darme una calada de aire, y así poder respirar, poder vivir. Un paisaje que me daba a conocer mi ciudad y a los míos. La grandeza se contemplaba con ojos de ciego. Una marca para toda una vida. Una herida. 13 puntos. Un final. Un inicio. Otra etapa. La habitación 710.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Cafetería "Recuerdos"


Vago como anónimo entre preguntas retóricas sin receptor. Vago por calles vacías, llenas de luces y pocas ideas. Por mundos solitarios. Calles cruzadas en una plaza dónde sólo viejos, con su bastón de la destreza. Con ojos fijos en los movimientos de esas criaturas más débiles anímicamente. Sus nietos, sus queridos nietos que corren, juegan y se divierten mostrando la gran sonrisa del día, la dedicada al estimado yayo. Veo realidades que transformo en sueños. Veo, percibo, creo y vivo. Primeras sensaciones de un tiempo largo. Percibo imágenes en blanco y negro. También gris. Con algo de color. Con alguna sonrisa escondida en un marco marcado por la tristeza y los llantos silenciosos.
Me bebo, por la mañana, cafés llenos de recuerdos. Bebo de recuerdos y me despierto de ellos. Para seguir atento. Cojo bolígrafo, papel y como se diría en estos casos, muchas ganas para empezar. Escribo y recuerdo. Vuelo por momentos, vuelo por zonas. Quedándome boquiabierto y medio absorto de la realidad. Estancado en un tiempo, en un día. Quizás o por casualidad en una imagen. Una fotografía hecha con las mayores ganas y la mayor confianza de las confianzas. Un paisaje cogido por un momento, unos rayos de sol desconcertantes, cuatro árboles mal contados. Bellos paisajes para bellos tiempos. Bellas palabras para bellos textos. Bello para bello.
Ya una vez con la taza vacía. Sigue ese aroma acogedor y a la vez amargo o fuerte de invierno que quieras o no te abriga, pero esta vez no refiriéndome a recuerdos. Con la cucharita que lo remueve todo. ¿Cómo puede algo tan pequeño dominar algo tan poderoso? ¿Cómo puede tomar el control de la dirección? ¿el sentido de qué hacer?
Y, bella era la taza con que me bebí mis recuerdos y los removí con la cucharita poderosamente capacitada para dejar al fondo de la taza a unos, a otros, los dejó en punto de boca.

domingo, 8 de noviembre de 2009


Dies d’hivern que s’apropen sense cap advertència. Nevades, pluges gèlides, freds d’hiverns i Nadals. Ciutats callades, glaçades per, i durant un temps. Dues avingudes o dos carrers que s’entrecreuen en una petita plaça mínimament decorada per a l’ocasió. Dos flocs de neu, que esdevenien de dues petites gotes d’aigua. Aquelles bufandes que solament s’usen quan el vent pega juntament, colze amb colze, amb temps i ciutat. Plouen els regals, les il·lusions, i per desgràcia, també declinen llàgrimes de desolació. Plouen les mirades, les abraçades. Plouen els somriures, les esperances, els records de l’any. Plouen metes, plouen somnis. Plouen tantes coses que t’has de resguardar. Però no para pas de ploure. Segueix plovent tot aquell temps il·lusionista i fred, encara que tu no ho notis, plou. Llums eminents de carrers sense ombra, amb fanals disfressats. Temps i ciutats ara commutats en festa i senyal de festeig. Vents nadalencs que s’enduen les restes de la celebració de la nit passada, nits rodejades amb famílies, neules i olors característiques només guardades en la memòria d’un petit. D’un petit somiador, d’un petit corredor de metes en un gran camp tan ampli com el bell mar vell. Temps i moments per i per a adelitar.

Aparente full.

¿Quién dijo complicaciones? Yo ni tan siquiera las noto. Podría reproducir mis momentos en mi mente una, otra y otra vez. Podría. Y paso página. Y gozo. Sigo cuidando de mis luces y mis oscuridades. Como todos guardo lo que me interesa y lo que me interesa guardar. Luces que lucen y brillan gracias a otras personas, que no solamente me iluminan a mi, sino a la calle por la que ando, paso y por la que me dirijo cada día. Sino al sol que nace por encima mío y me espía y contempla mis movimientos, mis pasos y mis abrazos. Como todos juego con mis cartas y intento espiar y hallar las armas secretas de los otros. Como nadie, no lo consigo. Confundo doble pareja con un “full”, pero veo que me sobra una. Mi error, mi fallo. Corrijo y sigo tirando, sigo jugando y sigo andando sin preocupaciones. Sin dobles parejas, ni dobles sentidos. Ni dobles calles, ni dobles errores, ni dobles luces. Todo es uno, y nada es doble, aunque las cartas jueguen doble, aunque las luces nos lo hagan parecer. Aunque los espejos mientan…

domingo, 25 de octubre de 2009


Qué mundo más loco. Cambios y indecisiones corren velozmente con motivos de preocupación y con el sudor frío. Igualdades que se pierden durante una búsqueda de objetivos que llegan a morir en el procedimiento, que se rompen y se desvanecen. Es una sensación de cambio al cruzar la calle que no parece real. Son pequeños cambios decisivos dentro de uno que corren como liebres. Si, es incierto. Pero real. El mundo está loco y yo he sido víctima y testigo de acontecimientos. Locura tras otra locura más loca. Razones que por tontas que parezcan, nos impulsan a hacer cosas que ni nosotros pensaríamos en ejecutar. Locuras. Mundos diferentes separados. La magia no soluciona complicaciones irreversibles, aunque las películas digan lo contrario, muestren lo contrario y nos enseñen lo contrario. Las películas también mienten. ¿Y si todo son mentiras y locuras expandidas por el mundo? No creo, porque aunque la locura sirva de mentira para algunos, no contenta lo verdadero.

lunes, 19 de octubre de 2009


Uso incorrecto de simples hechos que llegan a joder cuando no los ves llegar como tú querías. Engaño tras engaño cuando la mirada no es cruzada. Remos de una barca que quedan colgados y aislados en una mar tan grande como las aspiraciones de uno mismo. Aun sin saber lo que quería, decidí llevarme por la obsesión. Obsesión cuya grandeza sería transformada y equilibrada junto a una pasión igual o de mayor tamaño. Miré con ojos de cristal. Y hablé y solté palabras que se rompían en trocitos de este mismo.
Hubo un trozo de papel antiguo, que guardaba sin ton ni son, dónde escribí, un día al azar, un deseo o con una frase, lo que quería hacer para alegrarme el tiempo y el espacio. Pero unos minutos después, y seguidamente de un pensamiento nato, observé que el trozo de aquel antiguo papel ardía. Estaba envuelto en llamas de la duda. Duda que rápidamente se traspasó a mi cabeza como el viento más rápido de todo el mundo. Como el hombre que corre más en menos. Más recorrido, en menos tiempo. Es verdad que mis aspiraciones son muchas, pero también es verdad que son muchas pocas las que llego a conseguir. Verdades natas que tras unos ojos claros protegidos por una alma aún más grande que la anterior sigue su recorrido a través de unas ideas, unas miradas y unos deseos que aumentan cuando pasa el día, la hora y el minuto. Simplemente es darse cuenta del deseo obsesivo y pasional dentro de uno mismo.

miércoles, 14 de octubre de 2009


Incluso despierto sigo aturdido. Las noches me vencen y siguen su curso mientras yo, con media sábana mal puesta, intento coger un pedazo de sueño. El cansancio del día a día me aturde el doble, fuertemente. El andar sin parar me hace tener más ganas de lograr de una vez la meta. Porque las piedras que van apareciendo en el camino no son las más grandes, tampoco las más molestas, ni siquiera se acercan a una temible roca afilada. Todo son temores, miedos e inquietudes que flotan y se aposentan en el azar y en la desesperación del tiempo. La pequeña mano que me obsequia con un poco de ayuda está a mi lado, pero es como si no estuviese. ¿Y por qué la ventana de mi habitación está siempre cerrada? La persiana perdura todo el tiempo callada y sin causar problemas. Será para que la fuerza que se escapa por la boca no se escape también de la habitación. Ni de la casa. Será para que pueda volver a usar la intensidad.
Son sencillamente reflexiones que hacen callar bocas, abrir ojos. Que alguien se pare a pensar en cómo se logran las cosas. En que por un momento se complemente lo difícil con lo fácil. Lo sencillo con lo complexo. Todas esas cosas que nos curramos para obtener una sonrisa, o una meta de la cual nos daríamos sangre y orgullo al caer rendidos por el esfuerzo de haber trabajado con decisión. Aburre el mismo diálogo cada vez más. Aburren las mismas cosas diarias. Aburre el viento y la tormenta que pega fuerte en la noche fría y sola. Aburren mis palabras, todas iguales y en fila. Aburren las decisiones inciertas, los rumores. Las caras agrias, los gritos, las malas caras de enfado. Y si aburren mis palabras, aburro yo…

viernes, 2 de octubre de 2009


Quiero luchar contra el tiempo. Vencer al viento y quedarme seco bajo la lluvia, que ninguna gota sea capaz de rozarme y así mojarme. Quiero escribir cien vidas, cien almas cuotidianas y rutinarias que se crucen en la misma calle día si, día también. Quiero leer los secretos mejor guardados y más oscuros de toda la humanidad. Quiero conocer las debilidades de los llamados anónimos. Quiero coger un barco y estamparme contra un iceberg para sentir sólo frío. Quiero tirarme des de el ático más alto de mi ciudad sólo para volar y sentirme libre. Quiero mi chica perfecta. ¿Por qué no? Quiero seguir siendo el mismo. Cambiar lo justo para agradar, para seguir mi camino con pocas variaciones, pocos gestos con gran esfuerzo. Que sean recompensados. Hay una voz dentro de mi cabeza que me habla. Una melodía de violines que siempre tocan la misma canción. Esa melodía no descansa, no duerme. Perdí lo más querido. No una. No dos. Si no más veces. Ahora quiero cumplir mis sueños como otro. Quiero ser parte de alguien, de algún sueño. Sé cuanto queda para esto, sé lo que me va a costar. Sé lo que voy a reflexionar durante el camino, sé con la gente que querré estar cuando pase el tiempo. Pero sé la alegría que me dará después. Sé que algún día, yo también podré sonreír. Que mirar atrás valdrá la pena. Que mirar siempre agrada, siempre satisface. Lo voy a recordar todo, pero primero disfrutaré como loco.

Impotències.

A vegades la guitarra més bella i més cara no fa les millors melodies, ni els números uns en aquelles llistes plenes de gom a gom de cançons que esperen trepar per la llista fins a arribar al cim i conquerir la fama. A vegades aquell llapis que has estat afilant durant un cert temps prou llarg, es trenca i la seva punta acabada de sorgir del no res es parteix sense poder escriure ni el títol de l’obra. A vegades, i per defecte, obtens un premi que ben mirat, desitjaries no haver aconseguit. I quan la sort no t’acompanya crides al vent, crides al mar i al personatge que et passa pel costat. Crides i no deixes pas de cridar per un insòlit fet que ara mateix no recordes, se t’ha esborrat del cap i decideixes baixar el cap per no seguir fent més l’imbècil.
Davant de la situació d’impotència, ràbia i desesperació per un senzill i aliè fet que segueixes sense memoritzar jugues amb el seny i l’atzar. La ràbia que recorre tot el teu ferm cos augmenta i es disposa a posar-se en camp de batalla. La impotència segueix amagada i protegida per la desesperació, sense voler treure el cap per vergonya o por a decidir opcions. Cal moure fitxa i el tauler no està dispost ni preparat per rebre el fort impacte de la ira. Explota per fi i en surt perjudicat el paisatge tendre. En surts perjudicat tu també.
Crides i crides al vent i aquest, no sé si per fer la guitza o no, s’emporta les paraules amb una facilitat exquisida. Decideix. Mou fitxa i crida si t’ajuda, crida.
Palabras que te dejan paralizado y medio aturdido. Frases que retumban y pegan tan fuerte como el viento. No esperes para nada que nada sea inmortal. Serán todo sitios desiertos con mucha arena y poca marcha. Todo rodeado de playas de piedras grandes, oscuras y afiladas. No sumes, acabarás restando. Eres débil como la flor que se marchita al final de cada otoño. Eres como es perro abandonado que vaga moribundo por la misma calle cada día. Eres como ese coche que resta inmóvil y para nada intenta arrancar su motor de varias generaciones atrás. Intentas minimizar el tiempo y sufres, sudas para conseguirlo y nada. Te das cuenta y ya estás en la siguiente casilla de tu juego. Porque estamos hablando de un simple juego. Lanzas el dado en busca de suerte y el azar ahora es tu amo. Él te domina y decide que vas a hacer. Es muy sencillo, tirar y avanzar. Sin mirar atrás. Avanzando con seguridad pero con una firmeza que nadie de la pueda arrebatar. Tendrás suerte y podrás tirar dos veces, podrás sonreír dos veces, quizás sonreirán por ti… Goza del juego porque el mal se avecina y te espera en una de esas últimas casillas que quedan tan lejos de ese juego. Un tablero con tu nombre. Tu apellido. Tu otro apellido. Un simple juego el cual corresponde a tu vida increíblemente de juegos y juegos.

jueves, 17 de septiembre de 2009



La mentira no es más que un simple engaño a uno mismo. Que palabra más poco real. Que acción tan falsa y tan poco verdadera. Que poco cuesta decirla, en cambio, no se valora lo suficiente todo lo que se tiene que hacer para deshacerla y vencer a la no verdad. La mentira entra como todo y como nada, y cuesta que salga con una simple simplicidad, sale dejando herida y una gran espina clavada. Una mentira pincha, hiere y de poco te hace escapar. De poco te salvará. No creas que te saldrás de todos los líos abriendo la boca y cerrando bajo llave oxidada el corazón. No se puede nadar por un mar de mentiras, no hay rumbo que fijar. Un movimiento y estás herido. O peor aún, te ahogas en tus propias falsedades, tantas que todas se te clavan como pequeñas espinas de rosa que al final te hieren de verdad. ¿O crees que no lo he intentado? Una mentira es como un animal feroz, que cuando estás delante de él sacas todo lo tuyo, todo el miedo y toda la verdad. También podría ser una oscura arma de fuego disparada por un algún loco maniático que intenta sacarle la vida a una inocente verdad. Sinceramente, la mentira no hace bien a nadie, y el que haya salido sano y salvo de ese mar, y el que de esa lucha cuerpo a cuerpo con esa especie de animal feroz indomable haya salido vivo, y el que de ese disparo con pocas intenciones buenas haya salido sin un rasguño ya caerá…
La mentira será tu amo y tú su esclavo. Mentiras y más mentiras llegan a nuestro parecer, pero las cosas que son, son y serán.

jueves, 3 de septiembre de 2009


Coge tu equipaje ahora que puedes. Vete, corre, vuela y aterriza en otro lugar que no sea este. Date tiempo para pensar, para reflexionar si todo esto vale la pena, si lo estás haciendo bien, si tendrás tu merecido deseo, esa alegría que te devolvería la sonrisa. Vete. Vuela sobre las nubes. Nada debajo del agua. Camina sobre la arena blanca y fina. Corre por ella hasta que te sientas cansado pero bien. Vete ahora que puedes. Ves a recordar buenos momentos. Revive instantes que nunca más podrás catar. Intenta ver como puedes arreglar los desperfectos. Intenta ver con otros ojos las cosas. Esas maneras de hacer. Dale vueltas y vueltas a tus asuntos. Pero no te marees. Intenta luchar por lo que quieres. No creo que el tiempo te traicione. Será tu amigo y te acompañará en todo momento, no te dejará ni indiferente ni sola. Vete pero vuelve por favor. Por favor, es lo que yo haría.

lunes, 24 de agosto de 2009


Queda menos todavía. El reloj corre, y corre a mi favor. Será cuando podré escribir con toda seguridad mis deseos, des de principio hasta final. Será cuando el sufrir tendrá su fin. Cuando volveré a desear sin tener que prevenir. Queriendo luchar, y luchando. Si de algo he aprendido en la vida, es de saber aprovechar los momentos. De ir preparado, mentalizado que debo vivir el instante con toda intensidad y para que después, en un lejano futuro, pueda sentirme orgulloso de lo que es vivir queriendo. Con todas mis ganas. Con todas mis fuerzas. Mi gente. Mis ideas.
Poco a poco voy descubriendo que las cosas más sencillas son las menos valoradas. Y al contrario. Si nos ponemos a pensar, recordamos y reflexionamos un momento… ¿Qué seria de las majestuosas cosas sin sus pequeñas y sencillas ideas?
Yo no lucho por la majestuosidad. Yo lucho para que las cosas sencillas tengan su gran valor. Para que el tiempo corra junto a la sencillez. Para que los grandes ideales den paso a ideas personales. Lucho para todos, pero tendré mis minutos.

Me sustituyen como piedras de un camino. Como simples árboles de parque que nadie admira. Corrigen mis errores sin saber ver mis cosas buenas. Me sabe mal. Dijeron que me aburrían las noches, que ni siquiera me gustaba el día. Pobres sus almas, las que dicen que me columpio demasiado en el pasado, en recuerdos admirables, pero recuerdos. Intentan silenciarme subiendo el volumen de su música con mucha letra, con poco sentido. Tachan mis palabras de hipócritas, de inútiles y de mentiras. Me sabe mal. Gente que derrocha y olvida sus propias acciones para tirar al suelo las de otras personas, almas que no tiene culpa porque sí. Deseos rotos por simples pasos hechos con decisión firme y sólida. El verdadero secreto no es la obsesión, es la pasión de uno mismo.

Errores. Faltas. Dolor. Heridas nuevas. Viejas heridas. Balas atravesando mi piel. Cañones en posición con el único fin de hacer el dolor y el sufrimiento. Toda una fila de hombres vestidos de igual. Tratados de igual. Que piensan de la misma forma. Adiestrados como nada. Como si de un oficio, un trabajo fuera. No hay vidas. Sólo enemigos. Una lucha que no les incumbe. Guerra. Guerra actual, guerra política. Las filas avanzan, avanzan junto a ellos un montón de ideas destructivas. Muros para ellos. Monumentos de hace años, para los años, para ellos, víctimas con nombre, con vida propia. Inocentes. Ha explotado una bomba. Ha explotado mi ira.

Tiempo.

El tiempo corre y corre. El tiempo corre y juega. Mucha gente dice que el tiempo cura heridas. Otra dice que el tiempo sólo las mantiene abiertas. Hay las que dicen que el tiempo las guarda para ser abiertas otra vez. El tiempo es el tiempo. Es infinito y sorprendente. Es lento y rápido a la vez. Te hace sufrir cuando menos te lo esperas. En cambio, disfrutas de él sin saber que está pasando. De eso te das cuenta al cabo de un tiempo. Tiempo. ¿Para que despreciarlo? ¿Para que inquietarse preguntándose qué pasa? Disfrútalo al máximo siempre que puedas. Después cuando pase, pregúntate todo. Recuerda que el tiempo juega. Que corre sin cesar. Él correrá, tú disfrutarás.

jueves, 20 de agosto de 2009


Había una vez una persona que por empujar, empujaba todo lo que tenía delante. Por ser egoísta, por ser maleducada. Simplemente no era una digna persona. Me empujó a mí. Empujó a mis amigos, a mi gente, incluso a mi familia. Empujó y derribó muros. Hizo caer edificios enteros con almas vivas dentro. Lucho contra la ley. Ya con heridas en su cuerpo de oscura alma, de pensamientos borrosos siguió adelante con lo que llevaba haciendo. Empujar, hacer daño, derrumbar, tirar al suelo, pisotear. Eso aparecía en su cabeza. Lo hizo todo por su deseo. Por su deseo material. Empujó sus propias metas, se hizo daño a si mismo, derrumbó sus expectativas, tiró al suelo todos sus buenos momentos y pisoteó toda su gente. Que simplemente le querían echar una mano. Una simple ayuda.

Me embarqué en un viaje de mar y de olas. Pude ver amaneceres. Pude contemplar anocheceres. Como si de un gran sueño se tratara. Descubrí gente. Descubrí fiestas. Descubrí sensaciones que el mar me aguardaba. Descubrí paisajes que el mundo me escondía. Descubrí y no dejé de descubrir. Seguía sin comprender ese sueño tan parecido a lo que llamamos realidad. Hasta ese momento… Justo cuando tenía sol y luna al ver. Como cuando ves blanco y negro. Ese momento descubrí cosa más grande que descubriría en ese viaje moribundo. El apreciado sueño ya era una gran realidad. Una gran experiencia. Que lo más grande en el mundo entero, es la persona, el ser una bellísima persona, no esconder los sentimientos y dejarse conocer.
También aprendí.

jueves, 6 de agosto de 2009


Té raó la gent?
És cert allò que es diu que « s’ha de tocar sostre algun cop » ? Que tot té un fi. Un punt en cada frase. Un final a cada història.
Segons l’experiència, la vida, uns pensaments, uns altres, el viscut, el que falta per viure, el mal i el bé, segons coses i més coses podria ser. Cada cop la flama s’encén més, la flama que no crema, però que hi és present. Que ataca sense cremar, que només ataca.
Cada cop els pensaments, els records, els de vida passada, els de llagrima lligada, van en augment, van cap al sostre…
Allò que es vol, que no s’ha viscut, que ho has tingut a un pas, a un pam de la teva mà, a un pensament, a uns dies, a uns sospirs, i que de sobte, s’esvaeix i no torna, això, això sí que et crema de veritat.
Només queda ensenyar, demostrar per un altre camí que sí que es pot, potser no el que es voldria, però sí el que s’ha de fer.

Sin ficción. Pura y dura realidad. Palabras que surgen de un silencio. Miradas que se cruzan en una inmensa oscuridad. Días que pasan sin ton ni son. Días que olvidas. Que temes no gozar. Esperas impaciente el momento en que el protagonista, seas tú. En que puedas sonreír sin forzar. Puedas vivir sin tener que fingir. Increíblemente extraño. Increíblemente cierto. Todo lo narrado, todo lo que yo suelto por la boca. Todo lo que chillo. Todo lo que susurro. Cuando me río. Siento no saber nada de esto. Siento que nadie vive lo que yo. ¿Hay alguien que me cree? Quizás existe alguien como yo que valora las mismas cosas. Los mismos hechos.

jueves, 30 de julio de 2009


Avui me trobat en un cas molt estrany. De petit gran somiador. D’escena màgica i a la vegada real. Tota certa dins un instant de pensament en la vida. La filosofia empleada en el respectiu cas es donava dins un atzucac molt fosc. Un de aquells on van a parar totes les preguntes. On no trobes cap resposta. Cap senyal.
He donat passos en fals. N’he donat de bons. Per descomptat, n’he donat d’incerts. Però cap m’ha allunyat o ho ha deixat de fer de la meva inevitable finalitat. Sortir-ne força pensatiu, però serè, d’allà. Perquè he estat dret i sense moure’m tota la infinita i profunda estona. No m’ha calgut somiar per voler recordar el fet ocorregut en uns moments poc passats. M’he quedat sol. Amb el cap cot. Amb els ulls mig aclucats. Amb la boca mig oberta. Com per dir alguna cosa, com per demanar ajuda. O preguntar potser. Ha bufat el vent de les preguntes. El vent de la impotència davant problemes. Han bufat les indesicions. Amb més força que mai. Amb ganes de colpejar. De confondre. Una darrera l’altre.
Interrogants i més interrogants.

martes, 28 de julio de 2009


Querida sinceridad. No eres bienvenida en todos los brazos. ¿No es así? Por mucho que duela, por mucho que hiera. Siempre serás hermana de la verdad. Enemiga de las mentiras. Compañera de los sentimientos. No todo el mundo acepta la verdad. Las palabras. Los pensamientos y deseos. Hay gente que pinta calles más largas. Nubes más grises. Otros que pintan calles más grises. Nubes más largas. Gente que lleva paraguas solamente para fardar. Gente que chulea de ropa. ¿De ropa? Pero si sólo visten odio, rencor, chulería y sentimientos fríos y inmaduros.
El cielo, nombrado la inmensidad cierta, sólo nos revela los deseos personales. El viento se lleva los deseos. Las nubes los tapan. La lluvia los moja para que no puedan ser gozados. Y yo, de corazón solitario y alma fría, espero para no ser vencido. Para que todo lo que quiero no se moje. No se vuele. No se pierda. No se borre.
Las palabras no pueden, ni cambiarán en ningún momento el tiempo. El tiempo, no cambiaria las palabras de por si. Y eso, debes asumirlo como el día a día.

lunes, 27 de julio de 2009


En el ayer más preciado. Te dejaste mi confianza junto a tu chaqueta gris. Quise desenmascarar las estrellas para ver que había dentro de ellas. Quise decir todas las palabras bonitas. La noche las borró. Quise compartir todos los momentos buenos con mi gente. En algunos instantes, faltaba gente. Quise enviar todos mis problemas a la mar, pero algunos de ellos, por desgracia, flotaban. Quise que el día acabara pronto. Justamente empezaba la mañana. Quise la noche. Me vino el día. Quise un beso. Me tuve que conformar con un par de miradas frías y sin sentido. Quise correr. No podía. Quise jugar. Lo tenía prohibido. Quise gritar y decirlo todo. Pero aún estaba sumergido en el agua. Quise escribir, y sólo podía leer. Lo quise todo, y obtuve nada.

viernes, 24 de julio de 2009


A veces el mundo se confunde. Palabras que tenían un objetivo, mueren en el afán de conquistar su meta. A veces las palabras no son suficiente. A veces no es suficiente el esfuerzo por querer y querer lucir. A veces es tanto que ni pensamos en lo de alrededor. A veces es tan poco que ni tan solo pensamos en lo que tenemos de verdad. A veces verdades quedan muertas entre las mentiras. A veces las mentiras vencen a puras verdades. A veces y solo a veces dudo sobre tu frialdad y rececho. Corazones traicionados. Heridos. Fríos. Solitarios. A veces existen cosas ilógicas, místicas. La curiosidad de la gloria no afecta, no destruye formas espectaculares de un mundo sin medir. A veces respirar hondo no es la solución. A veces la belleza no es ninguna mentira. Crees, sinceramente, que vale la pena dejar escapar la sinceridad ?

Yo, tan tranquilamente por calle fría y solitaria, andaba y observaba todo lo que me perseguía. Todo lo que me rodeaba y parecía conocer. Como si fuera un viento inhóspito, se me apareció una pequeña anciana. Con arrugas de experiencia en la cara, que daban continuación por todo el cuerpo. La pobre, tenía cepa de duros momentos vividos. Como si pudiera ver toda su vida sólo con verla a ella. Me quiso dirigir la palabra, pero el viento, suave pero gélido y malicioso, cortaba esas misteriosas palabras que salían, o mejor dicho, deberían salir, de esos labios cortados, cuya dueña, era esa pequeña y sabia anciana. Ahora si. Se dirigió a mí levantando su mirada extraña y de tristeza. Me ofreció una rosa que llevaba en la mano. Sin palabras aún. Le dije que no la quería, pero que gracias de todos modos. Me produce una sensación bastante grata cuando me ofrecen alguna cosa bella, que las palabras la describen de forma lenta y detallada. De repente. La anciana, se dirigió a mi, esta vez no con ninguna de sus miradas tristes, si no con palabras sabias y convincentes, muy convincentes. Me susurró en mi cara, como si de un secreto se tratara, que la rosa que me ofrecía tenía ciertos y misteriosos poderes. Depende de la forma con que cogiese la impredecible rosa, podría tener suerte, pedir deseos, tener la vida que todo el mundo sueña cuando esta tumbado en su cama, apunto de coger el tren del sueño. O de lo contrario, caer en un agujero de mala suerte, de tristeza, de llantos, de abrazos, abrazos claramente de luto, de gritos, de soledad… Mi vida llena de objetivos llenos de ilusión, de metas vivas, podrían girar su rumbo en un abrir y cerrar de ojos sólo con que me clavara una de esas pequeñas espinas de la flor bella, pero eran espinas afiladas, dolorosas. Llenas de rencor.
La vieja, me estaba ofreciendo un cambio brutal en mi vida. Pero, ¿podía confiar en ella? Era una simple anciana… Me levantó la curiosidad. Cogí la rosa decididamente, sin apuros, pero sin prisas. Con cuidado. La cogí con dos dedos. Esperé. Nada. Fue como si la calle se parara en seco para ver lo que me sucedía. Nada. Parecía un sueño. Y como en cualquier sueño, me froté los ojos con la otra mano. Mano que hasta hacía pocos instantes, yacía helada por el gélido viento que soplaba. Ahora no. Justamente, ahora, después de toda esa escena mágica, desprenda un cálido sudor. Me froté la mano con el pantalón. Me cambié la rosa de mano, ya que no me creía lo que me estaba sucediendo. Nada ni ninguna de esas espinas se me habían clavado en mi piel, ni siquiera me rozaron. La vieja seguía ahí. Me sonrió.
¿Porque a mí? ¿Cuestión del destino? Ahora podía tener mi vida llena de ilusiones, metas que de bien seguro, se cumplirían. Deseos que al parecer parecían imposibles, poco probables, inalcanzables, no serían problema para mí. Los podría tener en mi mano. Sentirlos. Vivirlos. Gozarlos.
Pero no. Mi vida no estaba tan mal del todo. ¿Que son de las ilusiones, si nunca antes te has caído en el mínimo intento de conseguir una meta? ¿Un objetivo? ¿Que me podría llegar a pasar si todo lo que quisiese, lo tuviera en mano siempre? El tener más y más sólo conduce al querer, desear más. Incluso si se tiene que pisar otros caminos, derrumbar otros objetivos de personas, que no tienen nada que ver con esto.
En un acto reflejo, le di la rosa a la anciana y le dije que a ella le haría más falta que a mí. Le dije que la disfrutara. Y me fui. Pensativo volvía a coger mi camino. A la mañana siguiente. A la misma hora. En el mismo sitio frío y remoto de mi ciudad. Con ese mismo tiempo invernal, gélido y a la vez navideño. No encontré a la anciana. La busqué disimuladamente con la mirada. Pero ni rastro de ella. En cambio, noté una cosa muy rara. Vi a otra mujer, en el mismo sitio en que la anciana me sorprendió al salir de la nada. Llevaba rosa en mano. Y su pequeña sonrisa me resultaba muy familiar. La rosa era la más grande que había visto jamás, bonita, bella, incluso su hermoso aroma llegaba a mí como si el viento lo acompañara de la mano. Era una mujer alta, con pelo largo, preciosa, dulce, simpática. Una mujer muy bella. Cuando pasé por su lado, oí un “gracias”.
Creo que no sólo nació una hermosa rosa. Creo que el alma de una sabia mujer, pudo cambiar, volver a nacer y gozar de todos sus deseos.
A veces los deseos están para ofrecerlos, no para ser consumidos.

La sencillez de los objetivos no mide su dificultad. Todo empieza por decir que hay que hacer. Que cambio se debe llevar a cabo para que el rumbo coja otra dirección. Pero como en todo, las palabras sólo son el principio. Todo lo otro no es trabajo fácil, como cuando uno goza de lo suyo, no. Para querer cambiarlo, sin pegas, sin problemas que puedan ocurrir, se debe luchar por el cambio. Quizás, la mejor respuesta se encuentre entre toda esa multitud que sin abrir la boca, te enfoca tu futuro. No son los principios de uno mismo los que dirigen, ni los de los otros. Porque si de una inmensidad lejana y amplia, todo fueran almas, el frío y el cambio arrasaría en ellas como el cambio lo hizo en mi.

jueves, 23 de julio de 2009


El niño cayó al suelo derrumbándose como una pluma que cae lentamente. El niño chillaba y chillaba. Pero la gente no lo oía, otra, no lo quería oír. No es un mundo aparte. Es el nuestro. Ese cálido. Frío. Inhóspito. Impredecible. Único. Alegre pero que hiere.
Los pensamientos no luchan por si solos, deben tener a ejecutadotes divulgando sus acciones como verdades, no como estafas callejeras. Seguía chillando. Junto a sus llantos, no había nada. Apenas algunas lágrimas que salían de esos ojos llorosos y tristes. El pobre niño al levantar la cabeza sólo veía gente y más gente que caminaba por su lado, sin inmutarse, sin dar señal de preocupación, ni siquiera un pequeño gesto de rareza. Nada.
Se sentía como si estuviera en otro mundo, dónde él no existiese. Dónde nadie se preocupaba por él. La gente seguía andando a lo suyo, con metas egoístas. El niño murió no de llantos, no de soledad, no de caer desplumado al suelo, no de tristeza. Murió por los pensamientos de la otra gente.