domingo, 27 de diciembre de 2009

Una etapa negra. Un partido duro de jugar. El pitido que daba finalizado esta dura batalla. Un 18 de diciembre. Un aire que difícilmente entraba dentro de mi para poder darme una calada de aire, y así poder respirar, poder vivir. Un paisaje que me daba a conocer mi ciudad y a los míos. La grandeza se contemplaba con ojos de ciego. Una marca para toda una vida. Una herida. 13 puntos. Un final. Un inicio. Otra etapa. La habitación 710.