martes, 28 de julio de 2009


Querida sinceridad. No eres bienvenida en todos los brazos. ¿No es así? Por mucho que duela, por mucho que hiera. Siempre serás hermana de la verdad. Enemiga de las mentiras. Compañera de los sentimientos. No todo el mundo acepta la verdad. Las palabras. Los pensamientos y deseos. Hay gente que pinta calles más largas. Nubes más grises. Otros que pintan calles más grises. Nubes más largas. Gente que lleva paraguas solamente para fardar. Gente que chulea de ropa. ¿De ropa? Pero si sólo visten odio, rencor, chulería y sentimientos fríos y inmaduros.
El cielo, nombrado la inmensidad cierta, sólo nos revela los deseos personales. El viento se lleva los deseos. Las nubes los tapan. La lluvia los moja para que no puedan ser gozados. Y yo, de corazón solitario y alma fría, espero para no ser vencido. Para que todo lo que quiero no se moje. No se vuele. No se pierda. No se borre.
Las palabras no pueden, ni cambiarán en ningún momento el tiempo. El tiempo, no cambiaria las palabras de por si. Y eso, debes asumirlo como el día a día.

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