domingo, 25 de octubre de 2009


Qué mundo más loco. Cambios y indecisiones corren velozmente con motivos de preocupación y con el sudor frío. Igualdades que se pierden durante una búsqueda de objetivos que llegan a morir en el procedimiento, que se rompen y se desvanecen. Es una sensación de cambio al cruzar la calle que no parece real. Son pequeños cambios decisivos dentro de uno que corren como liebres. Si, es incierto. Pero real. El mundo está loco y yo he sido víctima y testigo de acontecimientos. Locura tras otra locura más loca. Razones que por tontas que parezcan, nos impulsan a hacer cosas que ni nosotros pensaríamos en ejecutar. Locuras. Mundos diferentes separados. La magia no soluciona complicaciones irreversibles, aunque las películas digan lo contrario, muestren lo contrario y nos enseñen lo contrario. Las películas también mienten. ¿Y si todo son mentiras y locuras expandidas por el mundo? No creo, porque aunque la locura sirva de mentira para algunos, no contenta lo verdadero.

lunes, 19 de octubre de 2009


Uso incorrecto de simples hechos que llegan a joder cuando no los ves llegar como tú querías. Engaño tras engaño cuando la mirada no es cruzada. Remos de una barca que quedan colgados y aislados en una mar tan grande como las aspiraciones de uno mismo. Aun sin saber lo que quería, decidí llevarme por la obsesión. Obsesión cuya grandeza sería transformada y equilibrada junto a una pasión igual o de mayor tamaño. Miré con ojos de cristal. Y hablé y solté palabras que se rompían en trocitos de este mismo.
Hubo un trozo de papel antiguo, que guardaba sin ton ni son, dónde escribí, un día al azar, un deseo o con una frase, lo que quería hacer para alegrarme el tiempo y el espacio. Pero unos minutos después, y seguidamente de un pensamiento nato, observé que el trozo de aquel antiguo papel ardía. Estaba envuelto en llamas de la duda. Duda que rápidamente se traspasó a mi cabeza como el viento más rápido de todo el mundo. Como el hombre que corre más en menos. Más recorrido, en menos tiempo. Es verdad que mis aspiraciones son muchas, pero también es verdad que son muchas pocas las que llego a conseguir. Verdades natas que tras unos ojos claros protegidos por una alma aún más grande que la anterior sigue su recorrido a través de unas ideas, unas miradas y unos deseos que aumentan cuando pasa el día, la hora y el minuto. Simplemente es darse cuenta del deseo obsesivo y pasional dentro de uno mismo.

miércoles, 14 de octubre de 2009


Incluso despierto sigo aturdido. Las noches me vencen y siguen su curso mientras yo, con media sábana mal puesta, intento coger un pedazo de sueño. El cansancio del día a día me aturde el doble, fuertemente. El andar sin parar me hace tener más ganas de lograr de una vez la meta. Porque las piedras que van apareciendo en el camino no son las más grandes, tampoco las más molestas, ni siquiera se acercan a una temible roca afilada. Todo son temores, miedos e inquietudes que flotan y se aposentan en el azar y en la desesperación del tiempo. La pequeña mano que me obsequia con un poco de ayuda está a mi lado, pero es como si no estuviese. ¿Y por qué la ventana de mi habitación está siempre cerrada? La persiana perdura todo el tiempo callada y sin causar problemas. Será para que la fuerza que se escapa por la boca no se escape también de la habitación. Ni de la casa. Será para que pueda volver a usar la intensidad.
Son sencillamente reflexiones que hacen callar bocas, abrir ojos. Que alguien se pare a pensar en cómo se logran las cosas. En que por un momento se complemente lo difícil con lo fácil. Lo sencillo con lo complexo. Todas esas cosas que nos curramos para obtener una sonrisa, o una meta de la cual nos daríamos sangre y orgullo al caer rendidos por el esfuerzo de haber trabajado con decisión. Aburre el mismo diálogo cada vez más. Aburren las mismas cosas diarias. Aburre el viento y la tormenta que pega fuerte en la noche fría y sola. Aburren mis palabras, todas iguales y en fila. Aburren las decisiones inciertas, los rumores. Las caras agrias, los gritos, las malas caras de enfado. Y si aburren mis palabras, aburro yo…

viernes, 2 de octubre de 2009


Quiero luchar contra el tiempo. Vencer al viento y quedarme seco bajo la lluvia, que ninguna gota sea capaz de rozarme y así mojarme. Quiero escribir cien vidas, cien almas cuotidianas y rutinarias que se crucen en la misma calle día si, día también. Quiero leer los secretos mejor guardados y más oscuros de toda la humanidad. Quiero conocer las debilidades de los llamados anónimos. Quiero coger un barco y estamparme contra un iceberg para sentir sólo frío. Quiero tirarme des de el ático más alto de mi ciudad sólo para volar y sentirme libre. Quiero mi chica perfecta. ¿Por qué no? Quiero seguir siendo el mismo. Cambiar lo justo para agradar, para seguir mi camino con pocas variaciones, pocos gestos con gran esfuerzo. Que sean recompensados. Hay una voz dentro de mi cabeza que me habla. Una melodía de violines que siempre tocan la misma canción. Esa melodía no descansa, no duerme. Perdí lo más querido. No una. No dos. Si no más veces. Ahora quiero cumplir mis sueños como otro. Quiero ser parte de alguien, de algún sueño. Sé cuanto queda para esto, sé lo que me va a costar. Sé lo que voy a reflexionar durante el camino, sé con la gente que querré estar cuando pase el tiempo. Pero sé la alegría que me dará después. Sé que algún día, yo también podré sonreír. Que mirar atrás valdrá la pena. Que mirar siempre agrada, siempre satisface. Lo voy a recordar todo, pero primero disfrutaré como loco.

Impotències.

A vegades la guitarra més bella i més cara no fa les millors melodies, ni els números uns en aquelles llistes plenes de gom a gom de cançons que esperen trepar per la llista fins a arribar al cim i conquerir la fama. A vegades aquell llapis que has estat afilant durant un cert temps prou llarg, es trenca i la seva punta acabada de sorgir del no res es parteix sense poder escriure ni el títol de l’obra. A vegades, i per defecte, obtens un premi que ben mirat, desitjaries no haver aconseguit. I quan la sort no t’acompanya crides al vent, crides al mar i al personatge que et passa pel costat. Crides i no deixes pas de cridar per un insòlit fet que ara mateix no recordes, se t’ha esborrat del cap i decideixes baixar el cap per no seguir fent més l’imbècil.
Davant de la situació d’impotència, ràbia i desesperació per un senzill i aliè fet que segueixes sense memoritzar jugues amb el seny i l’atzar. La ràbia que recorre tot el teu ferm cos augmenta i es disposa a posar-se en camp de batalla. La impotència segueix amagada i protegida per la desesperació, sense voler treure el cap per vergonya o por a decidir opcions. Cal moure fitxa i el tauler no està dispost ni preparat per rebre el fort impacte de la ira. Explota per fi i en surt perjudicat el paisatge tendre. En surts perjudicat tu també.
Crides i crides al vent i aquest, no sé si per fer la guitza o no, s’emporta les paraules amb una facilitat exquisida. Decideix. Mou fitxa i crida si t’ajuda, crida.
Palabras que te dejan paralizado y medio aturdido. Frases que retumban y pegan tan fuerte como el viento. No esperes para nada que nada sea inmortal. Serán todo sitios desiertos con mucha arena y poca marcha. Todo rodeado de playas de piedras grandes, oscuras y afiladas. No sumes, acabarás restando. Eres débil como la flor que se marchita al final de cada otoño. Eres como es perro abandonado que vaga moribundo por la misma calle cada día. Eres como ese coche que resta inmóvil y para nada intenta arrancar su motor de varias generaciones atrás. Intentas minimizar el tiempo y sufres, sudas para conseguirlo y nada. Te das cuenta y ya estás en la siguiente casilla de tu juego. Porque estamos hablando de un simple juego. Lanzas el dado en busca de suerte y el azar ahora es tu amo. Él te domina y decide que vas a hacer. Es muy sencillo, tirar y avanzar. Sin mirar atrás. Avanzando con seguridad pero con una firmeza que nadie de la pueda arrebatar. Tendrás suerte y podrás tirar dos veces, podrás sonreír dos veces, quizás sonreirán por ti… Goza del juego porque el mal se avecina y te espera en una de esas últimas casillas que quedan tan lejos de ese juego. Un tablero con tu nombre. Tu apellido. Tu otro apellido. Un simple juego el cual corresponde a tu vida increíblemente de juegos y juegos.