jueves, 4 de febrero de 2010


Dejaré escrita nuestra historia sobre papel arrugado. Escribiré palabras lanzadas al viento. Pienso sellar mis labios hasta que el viento me devuelva las palabras heridas. Simple y a duras penas. Pienso correr riesgos al no pensar en ti. Quiero no ser el fantasma que vaga por la casa de los recuerdos. Pensaré en metáforas, no en historias de amor. Me contradigo. Desearé no haber sido ni un parche mal cosido en unos pantalones rotos. Ni un valle en unas montañas. Soy la sencillez en un mar de complicaciones. Desearé que las sonrisas lloren de alegría, pocas palabras dirigidas a un llanto. Nada de días nublados.
Espero que no se me recuerde por tener corazón de hielo. Espero no tener las manos frías a la hora de escribir.

martes, 2 de febrero de 2010

Buenas noches

Me tumbé en mi cama en este frío y lluvioso invierno. Empecé a recordar tiempos pasados, historias perdidas, barcos de papel tocados y hundidos. Vi lo que dejé escapar. Vi lo que gané. Vi barcos de papel sin nada y en la nada, vi aviones de papel sobrevolando un cielo donde la immensidad le había ganado el pulso al miedo. Fuí mirando atrás, pasé al presente. Vi lo que hice hoy. Vi que el barbero se había pasado dos dedos al cortame el pelo. Pensé en el futuro, en el mañana. En lo que haría, en sueños que quería hacer, en proyectos sobre servilletas. Y me dormí.
¿Qué casualidad no? Soñar con sueños, no con recuerdos.