jueves, 26 de noviembre de 2009

Cafetería "Recuerdos"


Vago como anónimo entre preguntas retóricas sin receptor. Vago por calles vacías, llenas de luces y pocas ideas. Por mundos solitarios. Calles cruzadas en una plaza dónde sólo viejos, con su bastón de la destreza. Con ojos fijos en los movimientos de esas criaturas más débiles anímicamente. Sus nietos, sus queridos nietos que corren, juegan y se divierten mostrando la gran sonrisa del día, la dedicada al estimado yayo. Veo realidades que transformo en sueños. Veo, percibo, creo y vivo. Primeras sensaciones de un tiempo largo. Percibo imágenes en blanco y negro. También gris. Con algo de color. Con alguna sonrisa escondida en un marco marcado por la tristeza y los llantos silenciosos.
Me bebo, por la mañana, cafés llenos de recuerdos. Bebo de recuerdos y me despierto de ellos. Para seguir atento. Cojo bolígrafo, papel y como se diría en estos casos, muchas ganas para empezar. Escribo y recuerdo. Vuelo por momentos, vuelo por zonas. Quedándome boquiabierto y medio absorto de la realidad. Estancado en un tiempo, en un día. Quizás o por casualidad en una imagen. Una fotografía hecha con las mayores ganas y la mayor confianza de las confianzas. Un paisaje cogido por un momento, unos rayos de sol desconcertantes, cuatro árboles mal contados. Bellos paisajes para bellos tiempos. Bellas palabras para bellos textos. Bello para bello.
Ya una vez con la taza vacía. Sigue ese aroma acogedor y a la vez amargo o fuerte de invierno que quieras o no te abriga, pero esta vez no refiriéndome a recuerdos. Con la cucharita que lo remueve todo. ¿Cómo puede algo tan pequeño dominar algo tan poderoso? ¿Cómo puede tomar el control de la dirección? ¿el sentido de qué hacer?
Y, bella era la taza con que me bebí mis recuerdos y los removí con la cucharita poderosamente capacitada para dejar al fondo de la taza a unos, a otros, los dejó en punto de boca.

domingo, 8 de noviembre de 2009


Dies d’hivern que s’apropen sense cap advertència. Nevades, pluges gèlides, freds d’hiverns i Nadals. Ciutats callades, glaçades per, i durant un temps. Dues avingudes o dos carrers que s’entrecreuen en una petita plaça mínimament decorada per a l’ocasió. Dos flocs de neu, que esdevenien de dues petites gotes d’aigua. Aquelles bufandes que solament s’usen quan el vent pega juntament, colze amb colze, amb temps i ciutat. Plouen els regals, les il·lusions, i per desgràcia, també declinen llàgrimes de desolació. Plouen les mirades, les abraçades. Plouen els somriures, les esperances, els records de l’any. Plouen metes, plouen somnis. Plouen tantes coses que t’has de resguardar. Però no para pas de ploure. Segueix plovent tot aquell temps il·lusionista i fred, encara que tu no ho notis, plou. Llums eminents de carrers sense ombra, amb fanals disfressats. Temps i ciutats ara commutats en festa i senyal de festeig. Vents nadalencs que s’enduen les restes de la celebració de la nit passada, nits rodejades amb famílies, neules i olors característiques només guardades en la memòria d’un petit. D’un petit somiador, d’un petit corredor de metes en un gran camp tan ampli com el bell mar vell. Temps i moments per i per a adelitar.

Aparente full.

¿Quién dijo complicaciones? Yo ni tan siquiera las noto. Podría reproducir mis momentos en mi mente una, otra y otra vez. Podría. Y paso página. Y gozo. Sigo cuidando de mis luces y mis oscuridades. Como todos guardo lo que me interesa y lo que me interesa guardar. Luces que lucen y brillan gracias a otras personas, que no solamente me iluminan a mi, sino a la calle por la que ando, paso y por la que me dirijo cada día. Sino al sol que nace por encima mío y me espía y contempla mis movimientos, mis pasos y mis abrazos. Como todos juego con mis cartas y intento espiar y hallar las armas secretas de los otros. Como nadie, no lo consigo. Confundo doble pareja con un “full”, pero veo que me sobra una. Mi error, mi fallo. Corrijo y sigo tirando, sigo jugando y sigo andando sin preocupaciones. Sin dobles parejas, ni dobles sentidos. Ni dobles calles, ni dobles errores, ni dobles luces. Todo es uno, y nada es doble, aunque las cartas jueguen doble, aunque las luces nos lo hagan parecer. Aunque los espejos mientan…