jueves, 20 de agosto de 2009


Me embarqué en un viaje de mar y de olas. Pude ver amaneceres. Pude contemplar anocheceres. Como si de un gran sueño se tratara. Descubrí gente. Descubrí fiestas. Descubrí sensaciones que el mar me aguardaba. Descubrí paisajes que el mundo me escondía. Descubrí y no dejé de descubrir. Seguía sin comprender ese sueño tan parecido a lo que llamamos realidad. Hasta ese momento… Justo cuando tenía sol y luna al ver. Como cuando ves blanco y negro. Ese momento descubrí cosa más grande que descubriría en ese viaje moribundo. El apreciado sueño ya era una gran realidad. Una gran experiencia. Que lo más grande en el mundo entero, es la persona, el ser una bellísima persona, no esconder los sentimientos y dejarse conocer.
También aprendí.

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