lunes, 24 de agosto de 2009


Queda menos todavía. El reloj corre, y corre a mi favor. Será cuando podré escribir con toda seguridad mis deseos, des de principio hasta final. Será cuando el sufrir tendrá su fin. Cuando volveré a desear sin tener que prevenir. Queriendo luchar, y luchando. Si de algo he aprendido en la vida, es de saber aprovechar los momentos. De ir preparado, mentalizado que debo vivir el instante con toda intensidad y para que después, en un lejano futuro, pueda sentirme orgulloso de lo que es vivir queriendo. Con todas mis ganas. Con todas mis fuerzas. Mi gente. Mis ideas.
Poco a poco voy descubriendo que las cosas más sencillas son las menos valoradas. Y al contrario. Si nos ponemos a pensar, recordamos y reflexionamos un momento… ¿Qué seria de las majestuosas cosas sin sus pequeñas y sencillas ideas?
Yo no lucho por la majestuosidad. Yo lucho para que las cosas sencillas tengan su gran valor. Para que el tiempo corra junto a la sencillez. Para que los grandes ideales den paso a ideas personales. Lucho para todos, pero tendré mis minutos.

1 comentario: