lunes, 2 de agosto de 2010




Todo empieza con críticas abiertas. Seguimos el rastro continuo que ya antes alguien ha dejado. No sabemos nada, poco de nuestro antecesor. Somos como puntos suspensivos en una frase sin sentido, todo el mundo nos ve y pocos nos entienden, nos llaman locos y dicen que todos somos iguales. No encuentro ningún sentido que encaje en esta real filosofía rechazada. Nos fiamos de la sociedad como si nuestros ojos fueran obstruidos por manos desconocidas. Y la luz de mi cuarto sigue parpadeando sin ayuda. Opuestos unos de otros creemos ser quien no somos. Queremos ser quien no debemos. Enmascarados andamos tan tranquilamente, nos arropa nuestra música, sí, pero poco se ve lo que se debería oír. Tenemos todas las respuestas preparadas para salir. Pocas preguntas inteligentes a las que dejar volar sin peligro presente. Poca gente sabe los “porqués” de estas criaturas que vuelan por encima nuestro sin hacer ruido, pasando desapercibidas y transparentemente visibles. Es la nueva especie en extinción: las preguntas inteligentes. La ironía un día me dará la razón delante de toda esta sociedad que cada vez muerde el palo y el anzuelo de todas las trampas. Esta voz escrita en que me convierto durante unas breves pausas de mi realidad no cuenta o narra críticas, simplemente regala una opinión subjetiva. Somos consumidores compulsivos, aunque la crisis nos tienda el brazo para echar un pulso.
Volamos para creernos alguien, no para serlo.

1 comentario:

  1. Sense paraules. Impresionant, començo a pensar que ets d'una altra galàxia...jajaja. M'alegro de que hagis tornat a escriure ,i millor que mai.

    ResponderEliminar